
Todo comenzó, tal como lo explicó el dirigente kirchnerista y referente del Movimiento de Participación Popular Néstor Kirchner, Claudio Morell, con el rechazo del concejal de Lomas de Zamora que responde al ex vicegobernador bonaerense Juan Gabriel Mariotto, a las cuentas municipales que presentó el alcalde Martín Insaurralde. Guerra.
Reclamó una mirada común del FpV contra las políticas del Gobierno nacional aunque aclaró“la unidad es para que Cristina Kirchner conduzca el proyecto nacional”.
“Son discusiones que a la gente de sentido común y a los trabajadores, vecinos y vecinas de Cuartel Noveno, del centro de Lomas de Zamora, como de todos los barrios, no les importa. A la gente le importa los $1.500 que vino de luz, el aumento del gas, del agua, el transporte público, la falta de trabajo, la inseguridad”, intentó mediar Morell, consultado por la vecinal Radio Urbe 97.3.
Cristinista sin retorno, él advirtió que “si la clase política se encierra en discusiones de palacio, la gente no les va a dar importancia. Hay que tener bien claro esto porque si no estamos siendo parte de un dispositivo que discute cosas que nada tienen que ver con la agenda de las necesidades de la sociedad”.
Sin embargo, ni Insaurralde ni Mariotto coincidieron ni entre sí ni con Morell.
El Municipio de Lomas de Zamora, en un operativo conjunto con el Ministerio del Trabajo de la provincia de Buenos Aires, clausuró el Centro Cultural Padre Mugica, ubicado en Banfield, administrado por Mariotto y principal centro de todo el espacio Proyecto Nacional, del ex gobernador hoy diputado del Parlasur por el Frente para la Victoria.
Mariotto apuntó contra Insaurralde a través de las redes sociales y vinculó el hecho con el reciente voto negativo del concejal de su espacio, Julio Rivero, a la rendición de cuentas.
"Después de haber pasado por la gobernación, yo no creo que haya antecedente de clausura de un Centro Cultural en la provincia de Buenos Aires", disparó Mariotto a La Tecla en Vivo. "Recibimos una andanada de inspectores municipales (espacios públicos, nocturnidad, bromatología, sanidad). Hasta que no sé qué encontraron y después de esa catarata de inspectores, nos clausuraron el Centro Cultural donde se dictaban cursos gratuitos, los fines".
"Eso ocurrió el jueves (26/05) a la noche, el viernes (27/05) actuaba Bruno Arias. Por supuesto, no pudo actuar. Había una obra de teatro el sábado (28/05), tampoco se pudo hacer. Es una represalia por la votación de la rendición de cuentas, ya que un concejal, Julio Ribero (ex director del Centro Cultural) votó en contra", explicó el ex gobernador.
En ese contexto de carnicería entre gente K, escribió Manuel Rodríguez en Noticias del Conurbano, de Lomas de Zamora, web muy vinculada al Nº2 del Movimiento Evita, Fernando Navarro, alias 'el Chino', politico de actividad en el municipio:
"(...) Por un lado el PJ más tradicional vio mermada su fuerza y está ante un panorama difícil, aunque la distancia con las elecciones partidarias y la sapiencia de los que más saben por viejos todavía mantienen las posibilidades de dar de baja los bríos de cambio. Por otra parte, el desglose de la paulatina separación entre el kirchnerismo y el peronismo tradicional dejó dos actores en el medio: Los intendentes que buscan el diálogo con Cambiemos y los que mantienen la firmeza y siguen alineados debajo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En esa división se inscriben de un costado el triángulo Martín Insaurralde – Mariano Cascallares – Fernando Gray, con la conducción del lomense, quien es perfilado como un posible conductor de los destinos internos. Acostumbrados a sostener una importante base de apoyo popular en base al trabajo de gestión en coordinación con las esferas de poder más altas, el grupo de intendentes al que se le suman otros jóvenes jefes comunales de la Primera Sección, muestra una cara afable tanto con el gobierno provincial como el nacional.
Constantes reuniones con funcionarios o visitas de estos a los municipios son algunas de las acciones visibles de ese conjunto que, no obstante, sostiene su pertenencia peronista y se declara como oposición constructiva sin dejar de lado un delgado vínculo con el kirchnerismo, algo que fue posible de ver en las declaraciones de MI contra el diputado nacional Diego Bossio tras el quiebre del bloque del FPV. A partir de esa posición intermedia, los jóvenes intendentes buscan no sólo consolidar vínculos sino también lograr una aceptación destacable del electorado no peronista, que puede jugar inconscientemente en la interna bajo la premisa de que “deben conducir quienes tienen los votos”, expresada por varios allegados a este sector.
En contraparte, el kirchnerismo más puro tiene en el Conurbano Sur la referencia del mandamás de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien mantiene un enfrentamiento frío con Insaurralde y posee entre otros aliados al jefe distrital de Berazategui, Juan Patricio Mussi. Esta facción del peronismo encarna todavía la posición de Cristina Kirchner, posición que fue reconfirmada con el encuentro que mantuvieron una veintena de intendentes con los dirigentes de La Cámpora Máximo Kirchner y Andrés Larroque.
El accionar desde este espacio es claro y así se lo hizo saber Ferraresi a la gobernadora María Eugenia Vidal en una reunión que juntó a todos los intendentes: Ser oposición en el más estricto significado del concepto. El enfoque planteado es erigirse como la cara opuesta al nuevo gobierno de manera contundente y desde ahí construir el fortalecimiento interno bajo las directivas de Cristina y con un actor que bregue por la unidad: Daniel Scioli, quien hoy no toma partido.
En este panorama de las vertientes peronistas aparecen, sin embargo, agentes externos: En primera instancia la preocupación por la problemática de Seguridad es un tema que tiene bastante ocupados a todos los conductores municipales y que enciende más de una alarma. Allí es inevitable el trabajo con provincia y Nación y la búsqueda de una línea de comunicación con Vidal es insoslayable, por lo que varias estrategias se modificaran en torno al conflicto. En segundo lugar aparece otra de las consecuencias de la caída de 2015 relacionada a la pérdida de bastiones del PJ.
Dos casos que golpearon duro a la Tercera fueron Quilmes y Lanús, donde Martiniano Molina y Néstor Grindetti anotaron puntos fuertes para el triunfo de Cambiemos y se paran como nuevos protagonistas del elenco.
La situación de Molina está todavía más enfrascada en su municipio debido a renunciamientos internos, masivos despidos y la poca cintura política del cocinero que llegó a gobernar un distrito en su primer intento. En cambio, Grindetti es una ficha importante dentro del juego, ya que aparece como uno de los nexos entre el PRO y los jefes comunales, como ya mostró en sus reuniones con Insaurralde. (...)".