
PARANÁ. Los sorpresivos allanamientos realizados la semana pasada, relacionados con la causa judicial iniciada contra el ex gobernador Sergio Urribarri y su familia por enriquecimiento ilícito, causaron un importante revuelo institucional y político que pasó desapercibido, pero que se evidenció por 2 hechos muy concretos, ambos protagonizados por el mismo actor: El gobernador Gustavo Bordet.
El primero de ellos fue cuando el mandatario consultado acerca de la situación por la que atraviesa su ministro de Gobierno y Justicia, Mauro Urribarri, y si pensaba en pedirle que dé un paso al costado, señaló “Mauro va a seguir hasta que yo decida, que soy el gobernador” y agregó “Este es un proceso judicial y no hay ninguna imputación, ni ningún proceso en marcha, no corresponde en absoluto”.
El segundo fue el pasado viernes 5/08 cuando recibió en su despacho de Casa de Gobierno al ex gobernador Sergio Urribarri. El supuesto motivo de la reunión, que desde la oficina de prensa del gobierno se encargaron de difundir ampliamente, fue para “avanzar sobre algunos proyectos que el Ejecutivo prevé enviar a la Legislatura, mientras que en el ámbito de lo partidario acordaron trabajar en una agenda inmediata que contempla la creación de una mesa provincial de acción política que se reunirá la semana próxima”. Claro que todos entendieron cuál fue la verdadera intención de ese encuentro.
Es que Bordet sabe muy bien que a pesar de todo el descrédito social que pesa sobre el ex mandatario, no ocurre lo mismo en el plano político, ya que Urribarri aún conserva en una gran parte del peronismo, casi tan desprestigiado como él, cierta cuota de poder como para poder todavía operarlo. Por eso en una entrevista concedida a un medio local, el ex “gran soñador entrerriano” se encargó de enviar un mensaje muy claro hacía ese sector.
En el mismo Urribarri busca victimizarse ante la denuncia penal que pesa sobre él y su familia, pero al mismo tiempo deja en claro que si la justicia avanzara y él no tuviera escapatoria, no caerá solo. “Esta denuncia forma parte de una persecución política que busca estigmatizarme y estigmatizar al peronismo”, señala en la nota concedida a Diario UNO, a la vez que se encargó de remarcar que en el plano político provincial se ocupará de “vindicar mi nombre y con ello mi gestión y la de todos los dirigentes que me acompañaron”, por lo que si llegara a fracasar en ese intento, ellos, los que lo acompañaron, tendrán el mismo destino.
Por eso, por temor a que la justicia avance más sobre Urribarri y por ende sobre ellos también, es que ese desprestigiado sector del peronismo que acompañó al ex gobernador se va a mantener a su lado, y si es necesario complicará Bordet con tal de salvarse. Como prueba de ello, Urribarri durante la entrevista anunció que se ha constituido “una mesa política para apoyar la gestión de Bordet”. Estará integrada por el propio Urribarri, el vice gobernador Adán Bahl, los presidentes de los bloques de diputados y senadores del FpV, Juan José Bahillo y Ángel Ghiano, el presidente de la Liga de Intendentes del FpV, Mariano Rebord y el dirigente ultra urribarrista Juan Navarro.
La concreción de esa mesa tiene un solo y fundamental objetivo: Condicionar a Bordet para que ante cualquier atisbo de independencia, ellos estarán ahí para recordarle que su mandato depende de ellos.
“Debería ir preso”
“¿Cree que Urribarri va a ir preso?”, le preguntaron en un reportaje al abogado Guillermo Mulet, que es uno de los abogados que lo denunció penalmente. Mulet fue contundente en su repuesta: “Sí. Estoy convencido que debería ir preso. De comprobarse los delitos por los cuales está denunciado, debería ir preso. Si se permitió que haya corrupción, lo que no podemos permitir es que haya impunidad”.
Por su parte en la oposición esperan que la justicia pueda desarrollar su tarea sin ningún condicionamiento, aunque existen ciertas dudas generadas en las conocidas actuaciones pasadas.
En tal sentido el ex diputado nacional y ex constituyente de la UCR, Ricardo Parente, señaló “tantos años de oficialismo han ido dejando un camino de compromisos políticos en el Poder Judicial, donde hay personalidades de la política que pasaron al Poder Judicial sin solución de continuidad”.
Mientras tanto Urribarri sigue bajo el manto protector de “su elegido”.