
El proyecto de división del partido bonaerense de La Matanza, pone en ventaja política al líder del Frente Renovador, Sergio Massa.
Es conocido que la voluntad espacio político suele ser clave para el éxito de los proyectos de ley que se discuten en la Legislatura bonaerense. Conociendo esta situación, Massa movió su primera ficha en la polémica sobre la iniciativa que propone la división del partido de La Matanza.
Uno de sus diputados, Juan Andreotti, que preside la comisión de Asuntos Municipales de la Cámara baja provincial, pidió informes al Poder Ejecutivo para saber cómo quedarían distribuidos los servicios educativos, sanitarios y de seguridad en caso de que se partiera en cuatro el distrito más poblado de la provincia.
Según relata, Massa, evalúa conveniente la iniciativa en términos políticos, pero no moverá el expediente en favor de la propuesta hasta no contar con la información que, a su juicio, le permita determinar que no habrá en la provincia un nuevo Lezama, el distrito nacido de la división de Chascomús y naufraga en un mar de dificultades financieras y cuyos resultados no fueron los mejores.
El Frente Renovador, que es la segunda minoría en Diputados, no se ha manifestado públicamente respecto del proyecto que impulsa el diputado del GEN, Marcelo “Oso” Díaz.
El proyecto de dividir el distrito generó controversias. En el marco de su visita al distrito, la gobernadora María Eugenia Vidal lanzó un mensaje que crispó el ánimo del peronismo local: frente al jefe del PJ, Fernando Espinoza, y a la intendenta Verónica Magario, dijo: “La Matanza no es de ningún político, es de los vecinos”, un indicio de que la mandataria, terminaría apoyando la propuesta.
La reacción del presidente del PJ bonaerense no se hizo esperar. Consultado por la TV Pública, que realizó este lunes un amplio informe sobre el tema, Espinoza dijo que “el pueblo de La Matanza no quiere eso”, en tanto la intendenta Magario, en la misma línea, sostuvo que “no son tiempos de divisiones”.
Massa quiere saber cómo quedarían distribuidas, en un esquema eventual de cuatro distritos en vez de uno (La Matanza, Los Tapiales, Gregorio Laferrere y Juan Manuel de Rosas), las escuelas, los hospitales y las comisarías, entre otras sedes de servicios esenciales.
Además, reclama precisiones sobre las previsiones financieras que garantizarían el adecuado flujo de recursos para todos los nuevos municipios. Mientras no cuente con eso, Andreotti no se levantará del expediente, que requiere despacho de la comisión que preside.
“Queremos una buena ley, que contemple el compromiso de poner en paridad de servicios a los nuevos distritos, porque, si no, lo que ocurrirá es un aumento de la desigualdad” entre los sectores más y menos favorecidos del territorio, asegura Massa en privado. “Políticamente nos sirve y puede ser una oportunidad para igualar hacia arriba, pero hay que hacerlo bien”, define.
Como ocurre a nivel nacional, el ex jefe de Gabinete tiene la llave de las grandes discusiones legislativas. En la provincia de Buenos Aires mantiene un acuerdo de gobernabilidad con Vidal, pero hace valer su peso. Pone condiciones. Fuerza modificaciones en los proyectos originales. Y, a medida que se acercan los tiempos electorales y en virtud de fortalecer la imagen independientemente opositora del Frente Renovador, se endurece en las negociaciones.