
¿Cuál es el límite del sacrificio político de María Eugenia Vidal? ¿Qué reclamará ella a cambio? 2 preguntas importantes para la estrategia electoral de Cambiemos en estos días en los que ha declinado la popularidad de Mauricio Macri.
Es obvio que la popularidad de la Vidal se ha construído en base al dinero que el Gobierno Nacional le ha enviado a la Provincia de Buenos Aires, atendiendo casi todos sus necesidades, pero para la etapa que viene eso quizás este auxilio no le resulte suficiente a Vidal porque tal como exhibe la coyuntura, el riesgo es enorme: si la mejora de la economía no alcanza, y Sergio Massa/Margarita Stolbizer suman más votos en Provincia de Buenos Aires que Cambiemos, ¿perdió Vidal?
Luego,¿qué antecedentes hay de voto transitivo? Esto quiere decir que quien simpatiza con Vidal vote a otra persona de su misma agrupación política.
Es cierto que lo que se ve es coyuntura, y la economía puede mejorar en 2017. Pero para llegar a 2017 sin mayores costos políticos, la alianza Cambiemos necesita dar hoy día una exhibición de vitalidad, y lo que tiene a mano es la gobernadora bonaerense.
Aquí 3 fragmentos dominicales acerca de la coyuntura argentina.
Raúl Kollman en el diario Página/12:
"(...) “El gobierno comenzó su mandato con una muy fuerte expectativa de mejoras en lo económico tanto en relación al país como en el hogar –señala Hugo Haime, titular de Haime y Asociados–. En agosto de este año en lugar de que las expectativas mejoren y que se perciban mejorías tanto a nivel del país como en el hogar, la situación empeoró. La expectativa a futuro se ubicó en agosto en 5,3 puntos en una escala de 1 a 10 y la percepción de que las cosas en el país están peor creció 14 puntos. Más grave aún, 19% más de los consultados dijeron que las cosas en su propia casa empeoraron. Hoy un 56% de los encuestados nos dice que las cosas están peor en el país y un 42% nos dice que están peor en su hogar”.
“Claramente para la opinión pública las cosas empeoraron. Según nuestros datos, el kirchnerismo dejó 30% de pobres y más de 20% de hogares viviendo de planes. Hoy la situación en lugar de corregirse se agravó. Con estos condicionantes, claramente el humor social no puede ser de gran alegría. Por el contrario es de incertidumbre y enojo. A su vez no llega a la mitad de la población quienes creen que entre este año y el próximo llegaran inversiones que generen trabajo”.
(...) “Las encuestas dejan al descubierto un dato alarmante para la actual gestión –afirma Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP)–: el 72% afirma que la marcha de la economía en la actualidad es abiertamente negativa. Aunque la imagen del presidente Macri no tiene valores tan profundamente negativos, todo parece indicar que por estos tiempos la realidad frente a la economía es más fuerte que el deseo y ante tal situación la esperanza, al menos, se pone en tela de juicio. Ocurre que el nivel de aprobación de lo actuado por el gobierno en el ámbito económico solo recibe la aprobación del Núcleo Duro Macrista”.
“En encuestas que hicimos recientemente, 8 de cada 10 argentinos señalan que debieron recortar gastos de su presupuesto familiar. En cuanto a los recortes propiamente dichos un 38% resignó en alimentos y bebidas (menos consumos de carnes y lácteos, más de harinas y polentas, pases a segundas y terceras marcas). El 27% cortó en servicios, un 15% en ocio y entretenimiento, un 10% en vestimenta y calzado, y hasta casi un 3% en salud y medicamentos. Alrededor del 55% está abiertamente en desacuerdo con el aumento de las tarifas de los servicios públicos. Sin embargo, para las 3/4 partes los aumentos son excesivos e imposibles de pagar”.
Para Eduardo Fidanza, de Poliarquía, “las opiniones sobre la situación económica y las expectativas sobre el país se caracterizan por una peculiaridad: una porción significativa de la opinión pública hace una evaluación negativa de estos aspectos en la coyuntura, mientras estima que la situación mejorará en los próximos meses. Eso permite diferenciar 3 segmentos. Uno es el de los optimistas absolutos, que afirman que la situación actual es buena y mejorará aun en el futuro. Otro es de optimistas realistas, que afirman que la situación es mala pero mejorará. Y otro son los pesimistas que sostienen que la situación actual es mala y empeorará. Según los datos de Poliarquía, los 2 primeros grupos conforman aproximadamente el 55% de la población, mientras que los pesimistas alcanzan a alrededor del 35%. En términos generales, y a nivel nacional, los primeros apoyan al gobierno, los otros lo impugnan”.
Federico Aurelio, de Aresco, piensa que “la mitad de los argentinos valoran negativamente su situación económica personal y el 68% valora negativamente la situación económica del país. Estas evaluaciones que se deterioraron sustancialmente en los primeros 4 meses del Gobierno se mantienen estables en los últimos meses. Las expectativas de la situación económica son equilibradas entre los que consideran que la situación va a mejorar y los que son pesimistas al respecto. El principal factor del deterioro de la situación económica es la pérdida del poder adquisitivo de los salarios producto de la inflación y el empeoramiento de la situación laboral”. (...)".
José Picon en el diario El Día, de La Plata:
"(...) en Isla Maciel, uno de los sectores periféricos de Avellaneda, la gobernadora María Eugenia Vidal sólo pudo trepar al 9% de los votos en las últimas elecciones, en fuerte contraste con el 48% que obtuvo en el global del distrito. Un estudio similar detalló para La Matanza, transformada desde hace un tiempo en la obsesión de Cambiemos: en algunos barrios Vidal trepó al 52%, pero computando el total de la comuna más grande de la Provincia y el país, esa performance se redujo a 28 puntos.
(...) No sólo esa cuestión desgranó Federico Salvai, el ministro de Gobierno (...). Habló del caso de José C. Paz donde el oficialismo busca seducir al intendente peronista Mario Ishii pero por las dudas explora alternativas. “Sacamos 20 puntos pero hay un 40% de la gente que dice que podría votar a María Eugenia”, reveló.
Ese será otro de los desafíos: cómo lograr que la buena imagen de la mandataria se traslade a los candidatos del oficialismo.
Una primera medida en ese sentido ya está en pleno proceso de aplicación: Vidal se muestra cada vez más junto a los potenciales postulantes de Cambiemos. Ayer, en Mercedes y durante una fiesta emblemática marca registrada de esa ciudad, apareció junto a Jorge Macri, uno de los que suena, y fuerte, para encabezar la lista de senadores (N. de la R.: sábado 10/09. La edición N°42 de “Fiesta del Salame Quintero” en Mercedes. El intendente Jorge Macri sostuvo “hoy la gente tiene la posibilidad de caminar a la par de su gobernadora, hablarle, consultarle y decirle como viven” y mantuvo que “el apoyo que le brinda el bonaerense a María Eugenia no es casual. Sabe que está transformando la realidad de todos, y está acá y donde sea que tenga que estar”). Hace algunos días compartió acto con Esteban Bullrich, el ministro nacional que es impulsado desde sectores de la Casa Rosada.
Lo que ha quedado en claro tras aquellas definiciones de Salvai durante el lanzamiento de la mesa política de Cambiemos desarrollado en La Plata, es que el oficialismo resolvió apresurar los tiempos electorales. (...)
Pero el lanzamiento de la mesa de Cambiemos dejó algunas otras cuestiones en superficie. Por lo pronto, la brusca salida de Emilio Monzó de su rol de armador bonaerense. “Va a trabajar en la consolidación del PRO en las provincias donde no somos gobierno”, explican en el macrismo provincial. Pero la cuestión es que el enfrentamiento entre el presidente de la Cámara de Diputados con Vidal y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dejó a Monzó fuera de la Provincia, su hábitat natural.
El peronismo no está ajeno a estos cimbronazos. (...)
No se trata de que no hayan peronistas interesados en liderar el reencuentro del PJ lejos de la órbita K: lo que no existe es un “indiscutido” que logre liderar sin cuestionamientos internos esa etapa.
Lo intentó Martín Insaurralde desde el Grupo Esmeralda. Aglutinó a varios de sus pares en busca de establecer un liderazgo y parecía constituirse junto a Gabriel Katopodis (Lomas de Zamora) en armadores del grupo de intendentes dialoguistas y de buen trato con Vidal.
Hace algunas horas, luego de un distanciamiento más o menos notorio, apareció un satélite peronista con nombre más apropiado a la reconstrucción: el grupo Fénix.
Intendentes como Ariel Sujarchuk (Escobar) o Gustavo Menéndez (Merlo), se disponen a lanzar este sector en clara competencia con Insaurralde.
(...) Los Fénix parecerían mucho más cerca de ir hacia un acuerdo con Sergio Massa. Los Esmeralda no descartan transitar ese camino, pero antes buscarán explorar el sendero de un candidato propio. De hecho, el miércoles tienen agendado un encuentro con el ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, a quien buscan seducir para que encabece la lista de senadores nacionales. (...)".
Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:
"(...) Hace una semana los voceros del gobierno planteaban un escenario acomodado, donde la protesta sindical callejera era apenas un clásico de los movimientos sociales kirchneristas que se han propuesto complicarle la vida a Macri. Rescataban por caso la buena letra de la CGT unificada, y el discurso de los principales caciques sindicales. Tal vez obraron erróneamente confiados en que con la devolución de la plata de las obras sociales bastaba para tenerlos en caja.
Hoy la realidad muestra que un paro nacional en octubre de todo el sindicalismo, lo que incluye a las dos CTA y a los movimientos duros del kirchnerismo, parece imparable. Una de dos: o los ministros y estrategas sobreactúan esos datos de presunta bonanza cuando le rinden informes al presidente, o directamente aquel optimismo los puede contra toda razonabilidad. Hay además detalles que llevan a preguntarse si el gobierno sabe que, efectivamente, tiene problemas de comunicación.
Un dato puntual envuelve al propio Macri: el gobierno hizo mucho barullo mediático con el viaje a China para asistir a la cumbre del G-20. Sin embargo, la frase que quedó casi por encima de todo fue la del presidente advirtiéndoles desde Hangzhou a los dirigentes gremiales que las paritarias no se van a reabrir porque la inflación está bajando.
Ese desafío terminó cargando las tintas sobre el estado de ánimo del sindicalismo, dentro del cual el gobierno apenas si puede rescatar el apoyo de un dirigente de peso medio como Gerónimo "Momo" Venegas. La voltereta en menos de una semana desde aquel discurso conciliador hasta este más duro y combativo de uno de los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, es una muestra.
La pregunta que sigue es si era necesario ese desafío a distancia de Macri al mismo tiempo que Jorge Triaca se esmeraba en contener los reclamos de los gremios. Todo esto más allá de que algo está claro: hay dirigentes totalmente cebados, como Hugo Yasky, Pablo Micheli y Pablo Moyano, que reclaman "paro nacional ya" sin siquiera evaluar qué cambiará, si es que algo cambiará, el día después.
En todo caso el resto no está todavía convencido y evalúa opciones, como una masiva marcha a la Plaza de Mayo sin cese de actividades. Es igual de grave para los esfuerzos del gobierno por ir hacia un país más normal. En especial porque se ha dicho y repetido: en el macrismo están convencidos de que hay interés de los grupos sociales más duros de crear un clima "pre diciembre". (...)".