La imagen de María Eugenia Vidal, que miden D´Alessio-Irol y Aresco, viene en retroceso, en buena medida porque ella no puede escapar a los problemas de Mauricio Macri, el líder cofundador de Cambiemos. Hay un arrastre de los desaciertos de la gestión económica del gobierno nacional. Pese a todo, Vidal cuenta con el 44% de evaluación positiva, 9 puntos encima que lo reunido por Macri.
La buena estrella relativa de la gobernadora reposa en que la opinión pública la pondera como una dirigente honesta (la historia de los aportantes truchos de campaña no impactó de lleno en ella) y de clase media (en contraste con la procedencia socioeconómica de sus jefes políticos, empezando por el Presidente). Contribuye no poco su rostro angelical y sinceridad al formular declaraciones, siempre de tono moderado.
Sin embargo, si se extrapolan los resultados logrados en los 3 años que ocupa el sillón principal de la casa de gobierno provincial en La Plata, el balance se opaca. No es mucho lo que tiene para exhibir.
También es cierto lo que afirma Jorge Asis: Provincia de Buenos Aires es inviable. Cualquiera lo sabe. No dividirla en 2 o 3 o 4 territorios le hace un enorme daño a la Argentina y extiende la agonía. US$ 100 millones volcados a obra pública en Ciudad de Buenos Aires permite un lucimiento para Horacio Rodríguez Larreta pero US$ 100 millones en Provincia de Buenos Aires es nada porque el volumen exigiría que fuesen US$ 1.000 millones, y eso es imposible.
En cualquier caso, Vidal no ha terminado de hacer pie aún en 2 preocupaciones básicas de los bonaerenses:
> el conflicto docente y
> la inseguridad.
Tampoco en trazar un sendero en dirección a atacar las carencias (y no sólo la miseria) del superpoblado conurbano, donde se concentra un tercio del electorado y continúa siendo una máquina de generar pobres: 3,8 millones, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec), de los cuales a 745 mil que se encuentran en el área metropolitana (indigentes) no les puede garantizar la subsistencia mínima.
Pero vayamos por parte:
> Ni el conflicto docente ni la inseguridad definieron alguna vez un comicio en la Argentina. El electorado tiene otros disparadores ante las urnas.
> En el ataque a las carencias, también tienen responsabilidad los alcaldes municipales y los concejos deliberantes, y eso lo conoce la opinión pública.
Entonces, ella puede morigerar lo negativo. Probablemente socializarlo. Y esto explica su continuidad en el liderazgo del ranking de imagen positiva.
Otra acusación: ella no consiguió hacer valer su ascendiente popular en la Casa Rosada donde la mesa de decisiones la integran el propio mandatario; el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña (un competidor de Vidal en una eventual sucesión presidencial); y el arquitecto electoral Jaime Durán Barba, para que le fueran devueltas a la provincia las incautaciones de la coparticipación.
La realidad es que Provincia de Buenos Aires tiene una capacidad muy limitada de presión sobre la Nación, y esto ya quedó demostrado en días de Scioli. Luego, el famoso tema de los aportantes truchos fue 'fuego amigo', un contraataque desde la Casa Rosada luego de que ella, dicen, le exigira a Macri el cambio de Peña.
De hecho, Vidal y Rodríguez Larreta fueron 2 de los derrotados aquel fin de semana cuando luego de muchos cabildeos casi no cambió el gabinete nacional, y encima tuvo que renunciar Mario Quintana, amigo de Larreta y Elisa Carrió.
Dicen que críticos de Vidal cargaron en su cuenta el costo de suprimirles el Fondo Sojero a los intendentes y dejarlos a merced de Peña para negociar recursos de obras públicas en plena campaña. Es cierto pero ¿por qué debería molestarle a Vidal que los intendentes peronistas tengan que lidiar con Peña y no con ella?
Vidal decidió enfocarse en una agresiva presión impositiva sobre los contribuyentes del distrito, y renovar la deuda pública mientras reforzaba sus acuerdos con Sergio Massa, y luego incluyó a otros en la trama como a Martín Insaurralde.
Es cierto que Provincia de Buenos Aires acumula 700.000 desempleados, cientos de fábricas cerradas, y se asocia a la jurisdicción con la violencia, necesidades básica insatisfechas y desencanto.
Sin embargo, ¿quién arrojará la primera piedra? ¿Los intendentes a los que se les inundaron sus municipios el jueves 20/12 porque nunca realizaron las obras de canalización necesarias en sus territorios?
Vidal afirma que falta mucho. Mejor expresado: son 2 meses pero harto intensos hasta marzo, y entonces habrá que evaluar las encuestas, las probabilidades de triunfo, etc. Ella no se enfrentará con Macri y sus argumentos son sólidos al respecto. Al fin de cuentas el Presidente manifiesta su voluntad de permanecer, es el líder del PRO y el co-líder de Cambiemos, además del dueño de la canilla de dinero a la que recurre Provincia de Buenos Aires para soportar sus angustias de distrito inviable.
Luego, si debe permanecer en La Plata, ¿quiénes serían sus rivales? Ni Axel Kicillof amadrinado por Cristina Fernández de Kirchner ni Florencio Randazzo, ni la suma de ambos, superaran hoy día su intención de voto.
Es cierto que se trata de una gestión provincial de medios tonos, apenas disimulada por la azarosa macroeconomía nacional: en la convivencia cotidiana de 8.149.526 personas (67,4% de las casi 12 millones que reside en los 40 distritos bonaerenses) ubicados en el 21,3% del territorio del Gran Buenos Aires, considerado riesgoso para la salud por no contar con las condiciones básicas necesarias. Pero tampoco Vidal tiene la culpa que La Matanza prometió un polo hospitalario que luego no concretó. En todo caso, las responsabilidades serán compartidas.
En la calificación de alto riesgo para la salud aparecen:
> José C. Paz, con 97% de los vecinos expuestos.
> Malvinas Argentinas, con el 95% de sus habitantes.
> Presidente Perón (94%).
> Florencio Varela (92%).
> Merlo (87%).
> Morón (87%).
> Ezeiza (85%).
> Esteban Echeverría (84%).
> Almirante Brown (81%).
> Escobar (75%), entre los principales.
El 12% de la población (1,7 millón de personas) vive en sitios inundables, y de ese total, el 82,2% (1,4 millón) se encuentra a merced del cambio climático, y en condiciones socioeconómicas desventajosas para afrontar inundaciones, focos de calor e intensos vientos.
Estos datos no los aportó Unidad Ciudadana, sino el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), a cargo de las investigadoras Carolina Herrero, Mariela Miño y Claudia Natezon.
El marketing de la seguridad
Para acreditar uno de los puntos fuertes que la expectativa ciudadana asigna al imaginario de Cambiemos, la Administración Vidal desplegó una artillería efectista de purgas policiales, hechos para demostrar que se combate a las mafias y operativos mediáticos antidrogas, que no alcanzaron para revertir la sensación de inseguridad que embarga al 59% de los habitantes del área metropolitana, según la más reciente encuesta del Centro de Estudios Metropolitanos y Opina Argentina.
Sin embargo, la conmoción popular por el asesinato de Axel Blumberg en 2004 no impidió que Cristina Fernández de Kirchner ganara en 2005 la senaduría nacional por Buenos Aires a Hilda González de Duhalde y Ricardo López Murphy. Es un dato para tener en cuenta.
El crimen de Candela Rodríguez en agosto 2011, que resultó un tsunami en territorio bonaerense, no impidió la reelección de Daniel Scioli en aquel año.
La mayor preocupación por la inseguridad se localizó en Quilmes, La Matanza y Tres Febrero, índice que disminuye en Tigre, Ezeiza y Vicente López, donde las vigilancias privadas en calles y barrios cerrados y countries aportan cobertura a la ya de por sí reforzada seguridad pública por esos lares debido a la influencia sobre las autoridades de las comunidades más pudientes que residen en esas localidades.
Más allá del marketing y las comparaciones de imágenes, ¿cómo sería un plebiscito en las urnas, con o sin los desdoblamientos que se especulan en parte por el propio interés del Peronismo Federal?
Vidal ganó el comicio 2015 apostando a contrastar su imagen con la de Aníbal Fernández, y no prometió mucho más que hablar contra el narcotráfico y la corrupción. Hay quienes afirman que la gestión fue mediocre y la calificación es un aplazo pero ¿cuál es la vara?¿Fue mejor la gestión de Scioli, quien luego de 8 años de pobre desempeño no fue Presidente de la Nación por 1,5 punto porcentual?
Una investigación encarada por el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), creado en 1995 por organizaciones públicas y de la sociedad civil, encontró que existen importantes diferencias de progreso social entre los 24 municipios del conurbano bonaerense, que se sintetizan en una falta de crecimiento planificado de servicios públicos básicos.
Pero no es la gobernación quien fuerza las diferencias en el desarrollo entre municipios. Si Ituzaingo no tiene los problemas de Moreno -ambos distritos con fuerte presencia de Unidad Ciudadana- no es ni mérito ni culpa de Vidal. Si Walter Festa en Moreno está en bancarrota tampoco es responsabilidad de Vidal, y cerca suyo Leonardo Nardini en Malvinas Argentinas no padece igual malestar. Por supuesto que la Gobernación puede ayudar más pero ¿en qué circunstancias lo haría? ¿Contra qué negociación? ¿Cuál sería la contrapartida? Porque esto es política....
Volvamos a las diferencias en el progreso social, reflejado en un Índice de Progreso Social (IPS), que con metodología inédita para medir el desarrollo humano, surgida de las universidades de Harvard y el MIT, arroja un promedio de 47 puntos sobre 100 posibles que conformarían las necesidades sociales y ambientales de los ciudadanos en un territorio a partir de 3 dimensiones:
-necesidades humanas básicas: 49 puntos
-fundamentos de bienestar: 48 puntos y
-oportunidades de progreso: 42 puntos.
Elaborado por la Red de Progreso Social, conformada por GDFE, el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, CIPPEC y la Fundación Avina, el estudio fue financiado por 15 fundaciones y empresas socias, entre las que se cuentan: Banco Galicia, Banco Santander Río, Cablevisión-Fibertel, Farmacity, Fundación Arcor, Fundación Bunge y Born, Fundación Grupo Sancor Seguros, Fundación Irsa, Fundación La Nación, Fundación Lúminis, Fundación Medifé, Fundación Mundo Sano, Fundación Navarro Viola, Fundación Noble y Fundación YPF.
En el primer approach se encontró que los municipios con mayor desarrollo, que pertenecen al primer anillo del conurbano, son:
-Vicente López,
-San Isidro,
-Morón,
-Avellaneda,
-San Fernando y
-Tres de Febrero.
En el otro extremo de la distribución, todos municipios pertenecientes al segundo anillo del conurbano, están:
-Almirante Brown,
-Malvinas Argentinas,
-Esteban Echeverría,
-Merlo y
-José C. Paz.
“Este crecimiento rápido del área metropolitana no fue acompañado por unaampliación de los servicios públicos y de infraestructura, derivando en las brechas de progreso social que se observan en este informe. Tampoco fue acompañado por una gestión articulada del área metropolitana”, sostiene el reporte, lo cual no va en dirección de la ventaja promovida en campaña de que ese conjunto y Nación fueran gobernados por el mismo partido.
Asimismo, salta a la vista que el nivel de progreso social está condicionado por la ubicación de municipio: los del 1er cordón tienen en promedio 9 puntos más que los del 2do.
La presidenta de GDFE, María Julia Díaz Ardaya, explicó que “el estudio es un hito de la articulación público-privada que aúna esfuerzos para combatir la pobreza multidimensional. Busca generar datos para la formulación de políticas públicas y para promover una inversión social privada que responda con innovación, recursos y capacidades a los desafíos locales”.
Si bien las muestras corresponden a 2017, el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Santiago López Medrano, sostuvo que “desde la Provincia trabajamos, junto a otros actores, para saldar una deuda importante en materia de datos, y de esta forma poder analizar la vulnerabilidad social del conurbano”.
Nada dijo de solucionarla.
Y sobre el IPS indicó que se trata de una mirada superadora que va más allá del nivel de ingreso de una familia, evaluando también el impacto del acceso a la educación, el agua potable o el pavimento, entre otras variables.
“Queremos que estos resultados sean la base para seguir avanzando en políticas públicas que permitan el desarrollo integral y el acceso a los servicios esenciales para cambiar la vida de nuestros vecinos”, concluyó el ministro.
No fue este año, ni será tampoco el que viene, signado por la confrontación por el poder que absorbe las preocupaciones de la clase política por encima de sus representados.